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Coeficiente grupal

Artículos

Coeficiente grupal

23 de Enero del 2015
Publicado por Grupo Reforma

¿Se puede ser inteligente, pero ser parte activa en la conformación de un grupo tonto? ¿Existe la inteligencia de grupo? La idea de inteligencia personal tiene que moverse hacia lo colectivo y evaluarse como un característica adicional a la hora de estudiar el éxito o fracaso en las empresas.

Los procesos humanos en un grupo están influidos por propensiones inconscientes que refuerzan una especie de guiones preestablecidos. El equipo convive y se asienta en lo que llamo una fijación de confort interaccional que sus integrantes rara vez se atreven a romper.

Esta “conservación de tribu” desincentiva la discusión honesta, excluye a nuevos integrantes y bloquea narrativas que se consideren disruptivas. Adicionalmente, en aras de reforzar la cohesión de grupo, linchan esporádicamente a algún chivo expiatorio cuando sienten que el ritual les hace falta.

Nietzsche decía que la locura es más común en grupos que en individuos en función de que se activa un “chip borreguista” que afecta a la lucidez individual.

Existen diferentes tipos de grupos según sus características particulares, aquí algunos.

El Cabezón. Es un grupo donde el líder está rodeado de gente menos competente que él o ella. Esto es común con los jefes narcisistas que inconscientemente necesitan reforzar su posición existencial de “especiales” por lo que buscan personas menos capaces, que digan “sí” a todo y que les inflen su ego.

El Despistado. En este caso el líder, a los ojos de los demás, está desconectado de la realidad y toma decisiones descontextualizadas. Esto suele suceder cuando el líder lleva mucho tiempo en el puesto y no quiere, no sabe o no puede hacer nada diferente. Los directivos hablan a sus espaldas y “nadan de muertito” esperando su quincena.

El Promediado. Este grupo no toma riesgos ni produce nada innovador. Las decisiones se toman con excesiva democracia. Se comentan las grandes ideas, pero como todo tiene su lado complicado, terminan por no hacer nada. La discusión acalorada y los debates interminables sirven para estructurar el tiempo y que el grupo se sienta bien, ya que “trabaja” mucho, aunque pase poco.

El Folie aux Deux o locura compartida. Ocurre cuando hay una relación enfermiza entre el director general y su mano derecha, donde una creencia paranoica o distorsionada es contagiada de un individuo a otro. El resultado: una pareja de líderes polarizados y desconectados de su entorno. Los demás sólo ejecutan.

El descabezado. Ya sea por aburrimiento o por cansancio el líder se aleja. Su “trabajo” son algunas llamadas telefónicas y correos electrónicos. Aunque recibe informes periódicos de avances, no los lee ni da retroalimentación. Este distanciamiento provoca una complicidad entre sus subordinados directos y ellos, a su vez, se distancian de su propio trabajo y así sucesivamente, hasta que se convierte en un negocio de gente ausente.

El exitoso. Las más recientes investigaciones determinaron los 3 elementos clave que se dan en grupos inteligentes (Woolley, Malone, Chabris): 1. Los grupos exitosos interactúan más equitativamente en las discusiones, en lugar de estar dominados por una o dos personas. 2. Los miembros tienen un alta habilidad para leer las emociones complejas de sus colegas y 3. Los grupos con mayor número de mujeres tienden a ser más inteligentes, debido a que proveen ángulos complementarios y de mayor agudeza que los hombres.

Es que finalmente, la competencia entre compañías no es más que una competencia entre equipos: grupos de gente compitiendo contra otros grupos de gente.

horaciomarchand@marchandyasociados.com

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